La piel
La piel de los peces, como en el resto de vertebrados, está constituida por dos capas superpuestas, la epidermis o capa externa y la dermis, más gruesa y profunda. En la epidermis abunda un tipo de célula glandular que segrega gran cantidad de mucus. Este mucus recubre por completo el cuerpo de pez y su función esta relacionado con la protección ante sustancias tóxicas, fijación de parásitos o amortiguación de los roces, además de mejorar el deslizamiento en el agua. La dermis es más compleja, responsable de la formación de las escamas y portadora de los cromatóforos o células pigmentarias. La presencia de escamas es uno de los rasgos más característicos de los peces y en la mayoría de las especies constituyen un revestimiento continuo.

En los peces cartilaginosos las escamas están formadas por una pequeña placa basal situada en la dermis, de la que sale un dentículo con forma de gancho, de naturaleza análoga a los dientes, que atraviesa la epidermis y dirige su punta hacia la cola. La presencia de estos dentículos hace que la piel de algunas especies sea muy rasposa. Antiguamente se utilizaba la piel de algunos pequeños tiburones para pulir objetos: se conocía como papel de lija.

Las escamas características de los peces óseos son de origen dérmico, recubiertas por la epidermis y dispuestas como las tejas de un tejado, con una parte libre y otra cubierta por la que le precede. Esta disposición permite el deslizamiento de unas sobre las otras con lo que el cuerpo es más flexible y facilita la natación. Las escamas pueden ser de dos tipos, con bordes redondeados y enteros, escamas cicloides, o alargadas y con bordes dentados, escamas ctenoides. Son finas, flexibles y de estructura simple con la superficie surcada por finas estrías concéntricas y otras radiales. El crecimiento anual de estas escamas, consecuencia del deposito en su periferia de numerosas capas concéntricas, permite estimar la edad de un pez óseo.

No siempre las escamas forman un revestimiento continuo ya que pueden faltar total o parcialmente en algunas especies y en otras son muy difíciles de apreciar. En unos pocos peces como el esturión Acipenser sturio que conserva características primitivas, las escamas son grandes placas que forman una autentica armadura. Son de naturaleza análoga a los dientes y se denominan escamas ganoideas.

Los colores
Los peces son un grupo de animales que presenta colores brillantes de muy variados tonos. Todo este rango de posibilidades cromáticas cumple fines claramente definidos. Por un lado les sirve para pasar desapercibidos, disimulándose en el medio donde viven. Esta facultad, que le favorece tanto ante sus víctimas como ante sus enemigos, se denomina coloración críptica. Tampoco faltan ejemplos de imitadores, los que adoptan coloraciones semejantes a las de otros peces verdaderamente bien armados y peligrosos. Además los distintos patrones de coloración facilitan el reconocimiento entre individuos de sexos diferentes y también puede expresar situaciones o estados de animo con cambios temporales de color que facilitan igualmente el mimetismo.

La coloración se debe a la existencia de células pigmentarias en la piel, los cromatóforos, en cuyo interior se encuentran granos de pigmento de diferentes colores. La mayor parte de estos cromatóforos pueden moverse o deformarse y además en el interior de la célula los gránulos de pigmento pueden condensarse, agrupándose en un punto o bien difundirse por todo el citoplasma. Estas variaciones explican los intensos y a veces rápidos cambios de color que observamos en los peces.

En las especies que viven cerca de la superficie el pigmento está concentrado principalmente en la región dorsal, difuminándose gradualmente en los costados para llegar a ser blanco en la región ventral. Este patrón de coloración es muy útil para pasar desapercibido tanto por arriba, defensa contra las aves piscívoras, como por abajo, facilita el pasar inadvertido para otros peces situados a mayor profundidad. Los peces bentonicos, han evolucionado para colonizar los fondos marinos. Sutíles diseños de rayas y manchas son utilizados para confundir a los posibles depredadores o para pasar desapercibidos mimetizándose con el fondo. Son los dominios de los expertos del camuflaje con especies que llegan incluso a modificar su aspecto a voluntad.

Alimentación
Las diferentes estrategias de vida han condicionado regímenes nutritivos y técnicas de alimentación muy variadas que se reflejan en la notable variación de tamaño y situación que presenta la boca de los peces. También difieren notablemente el tamaño y localización de los dientes, que sólo tienen una función prensora, ya que, salvo excepciones, los peces tragan enteras a sus presas. Unos peces se alimentan filtrando grandes masas de agua, otras son herbívoras y la gran mayoría come invertebrados y otros peces más pequeños. No obstante, raras veces la dieta es uniforme, pudiendo variar según el grado de desarrollo e incluso de la época del año.

Los denominados peces pelágicos oceánicos, los grandes nadadores, surcan el océano en busca de un sustento que puede ser muy diferente según los casos. Entre ellos se encuentra el tiburón ballena Rhyncodon typus, el mayor pez del planeta, una forma de vida errante que se alimenta filtrando el plancton; pero también los más importantes predadores marinos, como los tiburones, los peces espada y los atunes. Otros, los pelágicos costeros, los que no abandonan la plataforma de los 200 m, como la caballa Scomber japonicus o la sardina Sardina pilchardus se alimentan básicamente de zooplancton. Y aunque son de menor tamaño forman grandes bancos, objeto de una intensiva pesca artesanal y sustento básico para para un amplisimo grupo de peces de mayor tamaño, cefalópodos y mamíferos marinos.

Reproducción
La mayoría de los peces tienen sexos separados y se reproducen a través de huevos -reproducción ovípara -. En este proceso el azar juega un importante papel: Machos y hembras liberan de forma sincronizada óvulos y esperma al agua. Los huevos fertilizados - fecundación externa - , abandonados a su suerte, quedan libres y flotan como parte del plancton. Tras el desarrollo embrionario como larvas planctonicas, los futuros peces, se transforman en alevines y ocupan el hábitat característico de su especie. Este tipo de estrategia reproductiva requiere puestas de una gran cantidad de huevos para poder garantizar que al menos una parte de ellos puedan culminar con éxito el ciclo.

En otros casos los progenitores no dejan tantas cosas al azar, invirtiendo parte del esfuerzo reproductivo en mejorar las condiciones de la puesta o en el cuidado de la prole. El romero Centrolabrus trutta y la chopa Spondyliosoma cantharus construyen nidos en los que depositan los huevos fecundados, los primeros entre las algas y los segundos en la arena. Los machos de alfonsito Apogon imberbis llegan mucho más allá; su camada pulula siempre cerca de el y a la menor señal de alarma convierten su boca en un perfecto escondite.

En unas pocas especies, en las que se da también la fecundación interna, los huevos se desarrollan en el interior del cuerpo de la hembra y dan lugar a crías completamente desarrolladas. Este tipo de reproducción, en la que nacen pocos ejemplares pero perfectamente adaptados para sobrevivir, es característica de los peces cartilaginosos.

El dimorfismo sexual es a veces muy acusado. En algunas especies se producen deformaciones en el diseño normal del cuerpo (protuberancias de la frente del macho) y en otras, los cambios afectan a los colores o al dibujo. Entre estos últimos peces, el más conocido es el caso de la vieja Sparisoma cretense, con machos de color gris y hembras rojas con mancha gris y tonos amarillos detrás de los ojos y en la cola. El hermafroditismo, alternativo o simultáneo también es frecuente, dándose en especies tan conocidas como el mero Ephinephelus marginatus y el pejeverde Thalasoma pavo. En ambos casos los individuos pasan primero por una fase de hembra para convertirse despues en machos. Esta capacidad puede tener una importancia crucial como elemento para compensar las numerosas pérdidas, corrigiendo los posibles desequilibrios poblacionales entre las proporciones de hembras y machos.


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